No todos tienen una amiga que llega a lo más alto del mundo de la música y en ese momento es cuando uno se imagina ir de gira junto a ella, entrar gratis a los conciertos, disfrutar de la zona VIP... Pero eso no es lo que están viviendo los más cercanos a la cantante. Y no es que Adele sea de la cofradía del puño cerrado sino todo lo contrario.
Entre sus caprichos dulces nunca faltan chocolatinas como Twix, Mikly Way o Mars. Y para animar el ambiente no pueden faltar tampoco dos botellas de vino tinto y una docena de cervezas europeas -ella misma especifica que no la quiere estadounidense-. En el camerino de Adele tampoco nunca falta el tabaco -Malboro Gold- y un mechero, aunque seguro que después de su intervención de garganta, no querrá seguir poniendo en peligro su voz fumando.
Fuente: europapress.
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