No todos tienen una amiga que llega a lo más alto del mundo de la música y en ese momento es cuando uno se imagina ir de gira junto a ella, entrar gratis a los conciertos, disfrutar de la zona VIP... Pero eso no es lo que están viviendo los más cercanos a la cantante. Y no es que Adele sea de la cofradía del puño cerrado sino todo lo contrario.
La web The Smoking Gun ha publicado las particulares excentricidades de esta cantante y resulta cuanto menos impactante que ella misma exija que no haya listas de invitados ni personajes VIP en sus conciertos. Nadie, ni tan siquiera sus más allegados se libran de pagar un mínimo de 20 euros en puerta para verla cantar. El motivo no es querer ganar más sino donar lo recaudado con esas entradas a la ONG Sands, destinada a ayudar a quienes han sufrido la muerte de un bebé. Entre sus demás exigencias están, como no, las típicas peticiones como comida especial. En su caso, siempre pide una bandeja de sandwiches recién hechos y empaquetados individualmente y ninguno debe llevar "tomates, vinagre, chile o cítricos".
Entre sus caprichos dulces nunca faltan chocolatinas como Twix, Mikly Way o Mars. Y para animar el ambiente no pueden faltar tampoco dos botellas de vino tinto y una docena de cervezas europeas -ella misma especifica que no la quiere estadounidense-. En el camerino de Adele tampoco nunca falta el tabaco -Malboro Gold- y un mechero, aunque seguro que después de su intervención de garganta, no querrá seguir poniendo en peligro su voz fumando.
Fuente: europapress.
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